martes, 25 de mayo de 2010

Como un triste despertar, como un sueño que se ha roto...


La romería de 2010 ya es historia, y la hermandad comienza hoy el camino de vuelta a Jerez
Fue a las tres de la mañana, pero empezó todo mucho antes. Si hacemos memoria, empezó el pasado miércoles, cuando la hermandad de Jerez se puso en camino. Viviendo el camino, sintiendo como propio parajes como Ventosillas, Palacio o Cancelín, es como ahora se entiende en toda su magnitud lo que ocurrió ayer en la puerta de la hermandad de Jerez, en Sanlúcar, en Villamanrique, en Huelva o en la puerta de Senderos.
Todo empezó mucho antes, pero ayer la Virgen volvió a partir el alma a cuantos la vimos por las arenas, lenta como un suspiro, coqueta como sólo la Madre de Dios sabe pasear. Fue a las tres de la mañana, justo cuando el simpecado de la hermandad matriz de Almonte entraba en la Ermita, dando fin a un rosario que fue rezado por una Aldea completa.
Rezado en forma de sevillanas, de fandangos, de bulerías. Cada uno en su casa, esperando con ansia la noche en la que la Virgen baja la luna y las estrellas y se las pone por manto y varales. A las once de la noche, los simpecados de todas las hermandades filiales ponían rumbo a la plaza de Doñana para el rezo del santo rosario, y una a una fueron pasando por la puerta de una ermita que ya presentaba antes de que dieran las doce de la noche un aspecto inmejorable, con los almonteños encadenados a una reja que estaban deseando saltar. Uno a uno iban pasando, y no eran sino el prólogo a lo que acontecería momentos después. Con el simpecado de la hermandad matriz, réplica exacta del antiguo, entrando por la puerta de la ermita, y antes de las tres de la mañana, los almonteños saltaron la reja dando comienzo a la noche más larga del año, la que besa el alba con la oscuridad en un templete de plata llevado por el cariño de un pueblo.
Aunque con menos fieles en las calles que otros años, la Virgen del Rocío aglutinaba a su paso a miles de devotos que no querían perderse un detalle de una procesión que un año más dejó detalles para el recuerdo, como el paso de la Virgen por la hermandad de Villamanrique, sin duda uno de los momentos más esperados de la madrugada. Justo cuando el alba rompía la noche, llegó la sorpresa de la mañana. Eran las ocho de la mañana cuando la Virgen se acercaba a la casa de las camaristas.
La tradición manda que, montadas en el paso de la Virgen, las camaristas rezan una salve que es seguida con devoción por todos los almonteños. Sin embargo, la Virgen no es que pasara de largo, sino que pasó de espaldas. Subyace un desencuentro entre los almonteños y la camarista de la Virgen por unas supuestas fotografías publicadas en internet cambiando la Virgen, y desde horas antes corría el rumor de que la Virgen pasaría de largo. Así fue, y no sólo pasó de largo, sino que pasó de espaldas a la casa, en lo que ha supuesto una fractura visible de los almonteños con una de las mayores tradiciones del Rocío que la hermandad matriz deberá estudiar en un futuro

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