martes, 25 de mayo de 2010

¿Por qué castigó la Virgen del Rocío a sus "camaristas"?

Histórico desplante
Por primera vez en la historia, la Blanca Paloma no ha visitado la casa de sus "camaristas" o "camareras" encargadas de vestirla. Y todo, por unas polémicas e inauditas fotos, que han indignado a los almonteños y rocieros, y que las mujeres subieron a una red social.


Es, sin duda, la anécdota de El Rocío de 2010. Por primera vez en la historia, la Virgen del Rocío no visitó en la madrugada de este lunes, la casa de sus "camaristas" o camareras, como recoge también el diario ABC de Sevilla.

La polémica que ha provocado no es reciente. Comenzó en diciembre del pasado año, cuando aparecieron unas fotografías de la Blanca Paloma, que han irritado enormemente a los almonteños, hasta llegar a dividirlos. Nadie aclara muy bien el contenido de la instantánea, solo se conoce que se tomaron mientras la Virgen estaba aún sin vestir. Lo cual, apuntaba a las "camaristas" o camareras, que son las encargadas de esta vieja tradición, con tintes de privilegio dinástico. Aparecieron apenas unos minutos en la red social Tuenti.

Pero fue suficiente para que los foros de rocieros echaran (y aún echan) humo. Todos señalaron a Carmen Rocío, la camarista, como la culpable. La Blanca Paloma aparecía sin rostrillo, con la cabeza desnuda. Ella y su hija se justificaron, y señalaron la posibilidad de un montaje. Pero tiempo después todo se acrecentó con la aparición de más fotografías, esta vez del Pastorcito separado de la Virgen, todo un agravio, terminando de irritar a los pocos almonteños que aún justificaban lo sucedido.

Y las consecuencias, las sufrieron Carmen y su madre este lunes, cuando la Virgen pasó de largo por delante de la casa de las camaristas. Lo nunca visto. El pueblo estaba dividido, y como señala ABC: "Almonte no perdona" y ganó el castigo para ambas mujeres.

De hecho, se produjeron escenas de tensión durante el tira y afloja de los almonteños. Finalmente, vencieron los partidarios de reprender a madre e hija, que esperaban, nerviosas en la casa sin porche donde la Blanca Paloma nunca se presentó.

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